Cómo Crear Una Narrativa De Marca Que Te Defina Y Resuene Con Tus Clientes

Muchas marcas caen en el error de centrarse solo en sus productos o servicios, olvidando que detrás de cada compra hay una emoción, un valor o una historia que las personas necesitan escuchar e identificarse con ella. Crear una narrativa de marca se trata precisamente de eso, de definir quién eres como marca, qué valores representas y cómo puedes influir positivamente en la vida de tus clientes.
Te propongo este ejercicio. Piensa en tu nombre. No eres el único que se llama así, pero eso no define quién eres. Tu identidad está construida con tus valores, tu carácter, tus experiencias y tu personalidad, ese algo que te caracteriza y que te hace único.
Lo mismo ocurre con las marcas. Detrás de un nombre, hay una historia que merece ser contada, una narrativa alineada con lo que los clientes buscan y valoran.
¿Qué es la narrativa de una marca?
Es el relato que une tu misión, tus valores y los propósitos de tu marca en una historia coherente. Dicho de otra forma, es la razón por la que haces lo que haces, cómo lo haces y hacia dónde quieres ir.
Al igual que en cualquier historia, hay tres elementos que no pueden faltar:
- El protagonista: Puede ser la propia marca o el cliente. Sea quien sea, debe ser auténtico, con desafíos y logros reales.
- El conflicto: Toda narrativa necesita un reto. ¿Qué problema ayudas a resolver? Este puede ser el obstáculo que tus clientes enfrentan y que tu marca les ayuda a superar.
- La transformación: aquí es donde muestras cómo tu marca mejora la vida de las personas.
Cuando integras estos elementos, aparte de contar tu historia, demuestras el valor real que ofreces.
¿Cómo puedes crear una narrativa de marca que conecte de manera emocional?
- Conoce a tu audiencia:
Para conectar de manera real, necesitas entender a las personas a las que te diriges. ¿Qué les preocupa? ¿Qué les inspira? ¿Qué necesitan?
Las marcas que logran empatizar son las que escuchan antes de hablar.
Ejemplo: Decathlon construye su narrativa en torno a hacer el deporte accesible para todos, conectando con una audiencia diversa que encuentra en su mensaje algo más que productos: una invitación a mejorar su bienestar.
2. Define tu propósito y valores:
Una marca con propósito tiene algo que decir. ¿Qué te motiva como empresa? ¿Qué valores guían tu trabajo?
Tener claro tu objetivo y tus valores será la base de tu narrativa, porque tus clientes no solo compran productos, compran lo que representas como marca.
Ejemplo: Santander se enfoca en la inclusión financiera y en el apoyo a las comunidades. “En Santander creemos que el futuro es para todos. Apoyamos a personas y empresas para que crezcan, y trabajamos para construir un entorno económico más justo y accesible”.
Este mensaje, aparte de transmitir su misión, lo alinea con sus acciones.
3. Identifica tu arquetipo de marca:
Las marcas, como las personas, tienen personalidades. ¿Cómo es la tuya? ¿Eres un explorador, un cuidador, un héroe?
Esto dará forma a la personalidad de tu marca y te ayudará a comunicarte con un tono y un estilo que tu audiencia reconozca al instante.
Ejemplo: La Casera se presenta como una marca que busca refrescar momentos cotidianos.
Puede identificarse como el Cuidador, proporcionando productos que hacen sentir bien a las personas y están asociados con momentos de compartir y disfrutar con los demás. tal y como demuestra en sus mensajes: «La Casera es la bebida que refresca tus momentos más felices”.
4. Encuentra tu estilo y tu voz:
Una vez que conoces a tu audiencia y defines tu propósito, es hora de pensar cómo quieres comunicarte.
La voz de tu marca debe ser consistente, auténtica y alineada con los valores que acabas de definir. ¿Hablas de manera cercana o formal? ¿Eres inspirador o directo?
Ejemplo: El Corte Inglés tiene una voz cálida y familiar, transmitiendo confianza en mensajes como los de su campaña navideña: “Porque lo mejor de estas fiestas es compartirlas con los que más quieres. En El Corte Inglés, tenemos todo lo que necesitas para hacerlas especiales”.
5. Escribe un tema central coherente:
¿Qué mensaje principal quieres transmitir?
Tu narrativa debe girar en torno a un mensaje claro y constante que refleje tu identidad. Este mensaje será el hilo conductor de todas tus comunicaciones, desde redes sociales hasta campañas publicitarias.
Ejemplo: Mercadona alinea todo su discurso con la promesa de calidad al mejor precio: Mercadona es una empresa de confianza, dedicada a ofrecer productos de la mejor calidad al mejor precio.
6. Vive tu historia:
Con toda esta información y siguiendo la estructura de los elementos claves que hemos mencionado antes, escríbela en torno a 200 o 300 palabras. Asegúrate que responde a preguntas clave sobre los problemas, necesidades de tus clientes, por qué existe tu marca y la misión de tu marca.
Pero recuerda, no basta con contarla, hay que vivirla. La coherencia es clave, pero también lo es la flexibilidad. Dependiendo del contexto o de la campaña, el estilo y el tono de tu mensaje pueden adaptarse. Sin embargo, lo que nunca debe cambiar es el propósito y los valores centrales de tu marca. Mantén siempre el foco en tu historia y en la emoción que quieres transmitir.
¿Por qué crear una narrativa de marca es tan importante hoy en día?
En un entorno saturado de mensajes, lo que diferencia a las marcas no es lo que venden, sino cómo lo cuentan. Una narrativa de marca auténtica no solo captura la atención; genera relaciones emocionales. Las personas buscan marcas que hablen su idioma, que compartan sus valores y que las inspiren a ser parte de algo más grande.
Reflexiona: ¿Qué historia está contando tu marca?
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